miércoles, 27 de abril de 2011

LA CARRETERA

Por René...





LA CARRETERA

Empezaron a encontrar junto a la carretera algún que otro pequeño mojón de piedras. Eran señales en idioma gitano, pateranes perdidos. El primero que veía en bastante tiempo, comunes en el norte a medida que salías de las ciudades saqueadas y exhaustas, mensajes sin esperanza para seres queridos desaparecidos o muertos. Todas las provisiones de comida se habían agotado ya y el asesinato reinaba en la región. El mundo al poco tiempo poblado mayormente por hombres que se comían a tus hijos ante tus propios ojos y las ciudades en poder de bandas de atezados saqueadores que abrían túneles en las ruinas y salían reptando de los escombros blancos de dientes y ojos con bolsas de malla repletas de latas chamuscadas y anónimas como compradores salidos de los economatos del infierno. El blando talco negro barría las calles cual tinta de calamar desparramándose por un lecho marino y el frío se pegaba al suelo y oscurecía temprano y los carroñeros al pasar con sus antorchas por los escarpados desfiladeros dejaban en la ceniza hoyos como de seda que se cerraban silenciosamente a su paso como ojos. En las carreteras los peregrinos se derrumbaban y caían y morían y la tierra yerma y amortajada iba rodando hasta el otro lado del sol y regresaba sin dejar huella y tan inadvertida como la trayectoria de cualquier mundo hermano sin nombre en las inmemoriales tinieblas de más allá.


*Fragmento libro "El Camino", aut. Cormac McCarthy, Edit. Debolsillo, pag.134-135.



La carretera es el nombre de este libro escrito por Mccarthy Cormac quien también en su lista se apunta Sin lugar para los débiles, libro que fuera adaptado al cine por los hermanos Coen.

La carretera nos cuenta la historia de un hombre quien junto a su hijo, viajan al sur a través del territorio norteamericano en un mundo post-apocalíptico donde prácticamente todo se esta muriendo, tratando de sobrevivir el día a día, llevando sus pertenencias y provisiones en un carrito de supermercado. Escondiéndose de bandas de caníbales y ladrones en ambientes extremadamente fríos y grises.

Mccarthy no nos cuenta en ningún momento como paso el desastre, suelta algunas pistas pero nada concreto, pero no por eso le resta interés a la historia. El libro desde las primeras páginas envuelve en una atmósfera oscura y una realidad tan pesada, que pone al lector a cuestionarse sobre, si, real mente vale la pena seguir con vida en un lugar donde no se avista la esperanza y en cualquier momento se puede morir de la manera más cruel. Su manera poética de embellecer hasta los parajes más infernales es real mente sublime, dos almas que están solas en la carretera dependiendo una de otra, los recuerdos de uno, el padre, son su tormento y zancadilla emocional a su muy abatida alma. El otro, el niño, añorando un mundo que se extinguió, y llevando valores morales que van siendo asesinados cruelmente por las circunstancias.



Maccarthy comento que este libro lo escribió durante una época muy dura en su vida, donde vivía en condiciones muy humildes junto a su familia. El ver a su hijo pequeño y saber si podrá protegerlo de este mundo hostil que tiene el poder de tragarse a cualquiera, y eso en el mejor de los casos, ya que la prostitución infantil, el esclavismo y el tráfico de órganos están imparables. Temas muy tocados en “BIUIFUL” esta última película de Alejandro González Iñarritu. La carretera es una bella metáfora de nuestros días, donde puedo ver que el ser padre, no es nada fácil ya que todo esta en contra de ellos y como enemigo numero uno, el tiempo. 



- ¿donde están los buenos?
      - escondidos unos de otros… 


*Les dejo el trailer de la adaptación que se hizo para cine, por si tienen curiosidad de verla.


martes, 26 de abril de 2011

LOS DORADOS

Ya que estamos en esto de la música nueva, desde esperadísimos retornos hasta otros que siguen dando continuidad a una trayectoria, ya sea para ir forjando una carrera o para reafirmarse dentro del panorama musical. Un gran álbum de reciente publicación que se me había pasado compartirles, es esto de parte de Los Dorados, banda capitalina que después de tres años de haber puesto a la venta el más free jazz En Incendio, repite con la casa disquera Intolerancia y publica a principios del segundo trimestre del año esto de nombre Good Evil.

Cabe destacar el esfuerzo de esta agrupación que también forma parte de toda esta generación de talentosos músicos que cada vez van teniendo más presencia en la radio, así como en foros o festivales, que desde su Lp no dejan de abrirse paso, dando constante difusión a su obra, y no sólo eso sino buscando en cada entrega, ampliar sus horizontes ensanchando su abanico sonoro, dándole ese toque ecléctico que en este nuevo trabajo nuevamente se apoya de otras vertientes.

En esta ocasión la lista de invitados no fue tan amplia como en el caso de su predecesor, que contó con la participación de lujo del vietnamita - estadounidense Cuong Vu, trompetista que ha colaborado con nada más y nada menos que David Bowie, más otros tantos destacados. De hecho para esta oncena de melodías sólo se requirió la presencia del buen "Chema" Arreola, y no para hacerse cargo de la batería sino recitando a manera de spoken word un breve texto de nombre "Robapalabras". Algo que también llama la atención es que nos encontramos la cara más reposada del grupo, con un aire muy intimista, incluso introspectivo en grandes lapsos, en los que se le da un respiro al apartado de los instrumentos de viento a cargo de Daniel Zlotnik, para dejar en primer plano a las cuerdas, optando por lo acústico para darle un toque más orgánico a cada corte. Con este tipo de detalles la propuesta, más que Free jazz se puede considerar Experimental, incluso en la pieza Here comes the sound, en la que se da la colaboración antes mencionada de uno de los hermanos Arreola, el Dj Rayo elabora una base rítmica bastante interesante, con un toque bastante callejero apoyada por el bajo de Carlos Maldonado.

Siguen estando presentes aquellos pasajes totalmente ácidos, hipnóticos que van envolviendo poco a poco, como lo es en caso de Indie Gente. Piezas que parecieran ser meros ejercicios introspectivos, dejándose llevar por la improvisación pura en El Resplandor o Solariego. O la sabrosura tóxica de Toña recordándonos las noches bohemias de cabaret.

Enhorabuena por este cuarteto que todavía tiene mucho que decir en la música, no olviden estar pendientes de sus presentaciones, por cierto, para Junio estará en la cuidad Alonso Arreola y su proyecto solista dentro del marco del FIM, para que no falten, habrá oportunidad de hacerse de su más reciente producción, y pues lo más importante que es ver en vivo a uno que es de los mejores, sino el mejor bajista mexicano hoy en día.



Robapalabras; mas bien y menos mal... 


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domingo, 24 de abril de 2011

DREDG

Cuando recién comenzaba este blog, la segunda publicación fue el que era en esos días lo último de Dredg, publicado en el 2009 de nombre The pariah, the parrot, the delusion. En aquella ocasión hice algunas observaciones respecto a los elementos que formaban parte del sonido de la banda en aquel disco. Sobre todo a que la banda mostró una cara con inclinaciones por momentos más francas hacia las sonoridades electrónicas, dejando de lado aquellos arreglos majestuosos de cuerdas o vientos que tantos considerábamos distintivos dentro de la propuesta de los californianos. Sin embargo fue un muy buen trabajo, y demostraron que había talento como para reinventarse e intentar cosas nuevas sin la necesidad de seguir repitiendo lo hecho anteriormente.


Para este 2011 regresan de nueva cuenta con esta, en mi opinión atípica obra desde la portada misma, titulado Chuckles and Mr. Squeezy. Desde el lapso de tiempo que se tomaron entre un disco y otro para la creación del mismo, que anteriormente era una media de cuatro años y en este caso fue solo de dos, hasta el resultado final de las grabaciones, pareciera que los integrantes del grupo se propusieron hacer todo de manera muy diferente.

De hecho hasta este momento, una vez que tuve oportunidad de escuchar todo el álbum a lo largo de la semana, aún sin haber salido a la venta, gracias a la magia del Internet, y a que me dio el aviso el buen Alfredo, lo que más podría destacar es ese valor que tuvieron al arriesgarse con este nuevo capitulo en su discografía. Ya lo anunciaban hace un par de meses vía facebook, más aún lo íbamos confirmando con  las dos canciones que subieron para escuchar de forma gratuita, y definitivamente no vacilaban al afirmar que nos encontraríamos ante algo totalmente desconocido para los seguidores del cuarteto norteamericano.

Francamente yo aún no se si es de mi agrado o no dicho álbum, porque siendo justo no se trata de un mal disco, sin embargo tratándose de Dredg, me vienen sentimientos encontrados, ya que no entiendo el porque decidieron optar por este cambio tan drástico, sobre todo teniendo en cuenta el historial de la banda, y el par de obras maestras que significaron Leitmotif (1998) y más todavía El Cielo (2002), el que para mí fue concebido en un total estado de gracia de sus creadores; una obra tan hermosa, tan rica en todos sus aspectos, cuyas capas son infinitas y encierran incontables secretos esperando ser descubiertos por el que la contempla en todo su esplendor, en toda su grandeza y que será muy difícil de igualar en un futuro.

No sé si la crítica especializada o los fans influyeron en dicho cambio, o si simplemente significó el paso natural a seguir por su parte. Yo podría afirmar si no fuera por el distintivo timbre de voz de Gavin Hayes, que se trata de otro grupo, ya que se percibe un sonido más compacto, incluso austero, con una integración mayormente uniforme de bases electrónicas, incluso en la batería del genial Dino Campanella, que suena mucho muy contenida, hasta optando también por lo sintético en afán de lograr un sonido más sofisticado tal vez. Otra cosa que también se extraña y a la vez es extraño es que no haya aquellos pasajes instrumentales en los que la desde siempre característica guitarra de Mark Engles se deje escuchar desbordándose una y otra vez.

En verdad es demasiado para mí, no lo entiendo, ya quiero tenerlo en físico e ir juntando todas las piezas que faltan. Tengo muy en cuenta que obviamente la evolución que tiene toda agrupación a lo largo de su carrera los puede llevar por caminos insospechados, sobre todo en una de esta naturaleza; en este caso hablamos incluso de un cambio de géneros en los que se mueven, la guitarra si bien tiene el sello impreso de Engles, los efectos que utiliza son otros, sus arreglos son otros. Las estructuras de las canciones son más tradicionales, por lo tanto la dinámica en cuanto a las composiciones también. Como les dije anteriormente no me parece un mal disco, y si he notado muchos detalles interesantes, como la acústica Kalathat que contiene unos discretos slides con guitarra eléctrica relajantes. Incluso el disco cierra muy bien con la triada Sun Goes Down, Where I'll End Up y Before It Began. Así como también contiene un par de cortes que francamente no me agradaron en lo más mínimo y es que emplean unas bases electrónicas que me recuerdan a lo hecho por Chris Cornell en el horripilante Scream. No está de más también el mencionar que decidieron incluir un corte que ya tienen tiempo tocando en vivo y que formó parte de set-list de aquel gran concierto que grabaron y publicaron con el nombre Live at the Fillmore, en la que agregaron coros. En fin, se percibe también un grupo más maduro, con un sonido más reposado, la influencia del productor Dan The Automator (Gorillaz, Kasabian, etc) es notable, ya que no sólo se hizo cargo de las consolas, sino que tomó parte activa en la composición de algunas canciones, el mismo Gavin Hayes lo dice en un articulo publicado en la pagina de la banda, en el que describe el nuevo sonido como "Dark pop"; habrá que ir asimilando esta nueva faceta de Dredg y estar atentos.

Al casi ya terminar este escrito escucho de nueva cuenta el antes mencionado El Cielo y me sigue sonando tan fresco, totalmente atemporal, los títulos de cada melodía, cada elemento conviviendo en perfecta armonía, perfecto para ausentarse de todo y viajar muy lejos. Prometo escribir sobre el y darles mis impresiones pronto.



Get up, get up on your feet...



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martes, 19 de abril de 2011

SAN PASCUALITO REY

Por fin desde hace un par de días está circulando el más nuevo material discográfico de los capitalinos San Pacualito Rey, estrenando alineación, que si bien ya tenían tocando ya algún tiempo, en estudio no se habían puesto a grabar, y por lo tanto la incógnita en cuanto a los talentos de nombres de la talla de Alex Otaola (guitarrista, por enésima mencionándolo por aquí) y Luca Ortega (batería, percusiones) pudieran aportar al sonido de la banda, al menos creo que no sólo para mí, era grande.

Valiente es el nombre y previamente se habían publicado dos cortes para su promoción; Salgamos de Aquí y Carne Abierta. También en no pocos conciertos que ofrecieron desde antes del Vive Latino, ya un par más de canciones, Si te vas y Sin precaución, formaban parte del set que tocaban. Se supone que desde finales de Marzo sería puesto a la venta, sin embargo por razones que desconozco, fue hasta el evento antes mencionado Vive Latino, celebrado hace dos fines de semana que así sin previo aviso, en algún stand dentro del festival, se podía adquirir (con robo de mercancía incluido).

En cuanto a mis impresiones, después de las primeras escuchas, puedo decirles que noté varias novedades, por supuesto el inconfundible sello Otaola se puede notar desde las primeras notas, fusionándose a la perfección al estilo de los Pascuales. Honestamente yo si creí que sería muy drástico el cambio, ya que el estilo del anterior guitarrista Adolfo Castañeda le inyectaba muchísima personalidad a la propuesta de la banda. Otaola en algún entrevista llegó a mencionar que el mismo Adolfo fue quién lo contacto para proponerle que fuera él quién lo supliera en las seis cuerdas al momento de su salida. En cuanto al apartado de la batería, también es notable el trabajo que realiza el señor Luca. En lo personal, recuerdo una tocada hace poco más de dos años o tres que tocaron por acá en Guadalajara ya con Luca tras los tambores, de hecho tenían muy poco de haberlo integrado a la banda, y en aquella ocasión no me agradó mucho, en el sentido de que la diferencia en cuanto a su forma de tocar y la del anterior bataco Juan Evers era grandísima, ya que respecto al primero se nota una personalidad de baterista como tal, más punch, más rockero por así decirlo; en cambio si prestan atención a la batería en los trabajos anteriores de San Pascualito Rey notarán que los arreglos son más de bajo perfil, más de detalles discretos, sutiles, que a mí me gustaron  sobremanera en el cierre de su anterior disco Deshabitado en Una esquina en el mar o No hay nada por ejemplo. Por lo tanto en aquella tocada no vi con bueno ojos aquel cambio, sin embargo con gusto hoy puedo decirles que también en este caso el sonido del grupo ha ganado.

Se nota un Pacual (vocales, guitarra) más suelto en su forma de cantar, más confiado, con sus tradicionales composiciones. Esa atmósfera algo sombría que danza de manera armoniosa con aquellos ritmos guapachosos. Ecos de Javier Solís deslizándose entre guitarras distorsionadas, instrumentaciones que nos remiten alguna noche de cavaret, mientras la estridencia de algún solo de guitarra se desborda en el infinito. 

En general me parece un muy buen disco, francamente no quisiera compararlo con sus anteriores trabajos, prefiero seguirlo escuchando e ir descubriendo todo aquello que encierra. Por el momento mis favoritas instantáneas fueron Pájaros negros, Si te vas y Que pensar en tí; esta última siento que si en un futuro la lanzaran como sencillo, tiene mucho potencial para convertirse en todo un trancazo en la radio, con un ritmo sencillamente muy agradable, guitarra acústica de base, alegrona, estribillo que se te queda grabado, muy buena en verdad. Una que también llama la atención es Todo se cae, con un ritmo más netamente rockero, en la que el señor Pacual se anima con una manera distinta de cantar, y hasta utilizando un efecto en la voz; guitarrera, de hecho aquí los Pacuales bien podrían pasar por otro grupo, podría decirles que es algo así como la equivalente de Flush del Sufro Sufro Sufro.

También creo que la dosis de esos ritmos sabrosones, siguiendo la tendencia de su predecesor, se sigue atenuando, aunque igual sigue habiendo buenas canciones para ponernos a mover el bote, en mi caso torpemente, pero esa es otra historia, haber que les parece, espero sus opiniones.



Si te vas, vete gritando, quiero saber que me quisiste que me vas a extrañar...



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jueves, 7 de abril de 2011

ALEJANDRO OTAOLA

Ya tenía algún tiempo prolongando esta recomendación, sin embargo pareciera que lo acontecido últimamente por la ciudad me dijera que ya era tiempo de terminar este texto para compartirlo con ustedes. Y es que el Viernes pasado se dio por finalizado el Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2011, con su respectiva sección de premiaciones y ceremonia de clausura, - ¿porqué mencionarles esto? - pues porque en una de las secciones de reciente creación dentro de los eventos organizados para dicho festival, de nombre "Al son de cine", el Miércoles  pasado, todos los que vivimos relativamente cerca del área metropolitana del estado, y algunos que no también, tuvimos la oportunidad de presenciar el show montado por Alex Otaola, específicamente para la serie de presentaciones audiovisuales que se llevaron a cabo en la Cineteca nacional, localizada en el Distrito Federal, de nombre "Cine mudo al ritmo de rock", en la que participaron gran cantidad de artistas de la talla de José Manuel Aguilera, Los hermanos Arreola así como el mismo Otaola, sonorizando en vivo con su muy particular estilo algunas celebres películas de aquella época en la que el cine no contaba con diálogos hablados por parte de los interpretes.

Hace aproximadamente poco más de un mes, me encontré en la sección "Ángel exterminador" del periódico Público un breve entrevista que Hugo García Michel le hizo al guitarrista, respecto a las primeras dos presentaciones que se habían llevado a cabo en la cineteca. El comentaba que la razón por la que se le había pedido repetir el numerito, fue debido a que gustó tanto la primer presentación que decidieron plasmar todo aquel espectáculo, pero no sólo eso sino pasarlo a formato de disco compacto y regalarlo a la gente en diversos puntos del Distrito Federal. Como verán nuevamente los que vivimos en otros estados de la República nos veíamos con escasas posibilidades, primeramente de haber asistido a aquellos eventos, y posteriormente a hacernos de dicho compacto. Sin embargo a las pocas semanas, la suerte parece sonreírnos  y el Festival Internacional de Cine en Guadalajara tuvo la atinadísima idea de traer a Otaola y compañía para que pudiéramos ser testigos de aquel evento antes mencionado.

Tratándose de este gran guitarrista, me da un enorme gusto nuevamente poder hablarles sobre él, que creo ya es la cuarta o quinta vez que se le menciona por acá, y es que afortunadamente para nosotros, Alex Otaola no para de trabajar, así como  de seguir creando, manteniendo esa dinámica tan suya y ser un nómada de la música, y no solo respecto a los géneros en los que ha incursionado, sino también de las personas con las que ha colaborado. Detalle que aunado a su enorme talento, nos ha hecho testigos de su creatividad e inventiva en sus diferentes facetas a lo largo de su trayectoria. En esta ocasión se trata de una integración de las que creo yo, son de sus mayores pasiones, que es el cine y obviamente la música. Si bien ya esto lo había hecho anteriormente con su primer trabajo como solista (y que por cierto también acá recomendamos), esta vez se trataba de una encomienda aún más específica; musicalizar de principio a fin una película rusa de fines de la década de los años 20´s, El hombre de la cámara, frente a un foro, en tiempo real.

Los resultados, ahora que tuve la oportunidad de presenciar aquello, he de decir que fue totalmente una gozada ver a Otaola ir y venir arriba del escenario, dirigiendo aquel ensamble conjuntado por algunos de sus más entrañables amigos. Si bien la mayor parte de la película traté de centrar toda mi atención en la misma, era inevitable el bajar un poco la mirada hacía el escenario y ver al ex-Santa Sabina tocando el piano o la guitarra, o dando señales a sus camaradas, que bien dicho sea de paso, se podía notar lo bien que la pasaban, logrando que aquella instrumentación encajara perfectamente con las imágenes proyectadas, yendo de pasajes suaves y delicados, a momentos de total delirio y desparpajo e improvisando en no pocos segmentos. En esta presentación si se contó con la participación del Dj Rayo, miembro de la banda Los Dorados, ya que en la entrevista antes mencionada, Alex comentaba que al momento de la mezcla de la grabación de la presentación en la Cineteca, se agregaron algunos elementos de tornamesa, así como samplers para enriquecer el resultado final.

Si bien es cierto que no estuvieron exentos de complicaciones técnicas, fue un gran evento en verdad, de esas cosas que la gente realmente agradece, y que para cerrar con broche de oro, regalaran aquel disco, fue para que todos los presentes nos fuéramos de ahí con una sonrisa de oreja a oreja.




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