Vaya que fin de semana muchachones!! En cuestiones musicales déjenme decirles que ha sido bastante productivo, ya que he tenido oportunidad de hacerme de lo nuevo de un par de banditas, que digo banditas, bandotas!! En lo que a la escena metalera respecta, ya que conseguí la más reciente producción del incansable Max Cavalera y compañía, Soulfly, de nombre Omen, que después de darle un par de escuchadas, me parece muy bueno, sigue manteniendo el nivel mostrado en sus anteriores dos trabajos (Dark Ages y Conquer) con mucha fuerza y sin dar tregua al respetable a lo largo de diez de los once cortes que conforman en plato, la excepción obviamente tenía que ser la ya tradicional melodía que lleva el mismo nombre de la banda, en esta que es ya su séptima parte, un muy recomendable disco, para los seguidores de esta agrupación, aunque personalmente, de hace un par de discos atrás (sino es que desde el segundo), ya me comienza a parecer repetitivo, estancado en una misma formula, que igual sigue dando resultados, pero si nos ponemos a comparar con lo que está haciendo Andreas Kisser en lo que era su anterior y legendaria banda que lo dio a conocer, Sepultura, se lo lleva de calle, ya que con el paso de los años el señor Kisser ha demostrado ser una fuente inagotable de memorables riffs, soportando así de mejor manera el paso del tiempo, su música, que lo hecho por mister Cavalera en Soulfly.
Pero no es precisamente de estos de los que les quisiera hablarles, sino de otro álbum, el cual también pude conseguir en el transcurso del día, y que desde sus primeros segundos, me dibujo una sonrisa de oreja a oreja, ya que mis expectativas eran altas después de haber escuchado lo que había sido su anterior disco (tercer material discográfico) de nombre Minus the Herd, que me parece toda una oda metalera a las matemáticas, je, si ya lo dije, musicalmente hablando claro.
Con este Cursed, su nueva placa, ponen el listón muy en alto estos de Montreal, Quebec, Canada (ah como se hace buena música en aquellos lares) , ya que van más allá de lo hecho anteriormente, honestamente, no he escuchado grupo alguno que sea poseedor de un sonido similar, con tantos cambios tan intrincados a esa velocidad tan trepidante, que hace que le hierva la sangre a cualquiera. Cosa que se puede notar desde el intro,de apenas casi un minuto de duración, en donde ponen en claro de que va la cosa, mostrando todo ese poderío sonoro, orquestado por una imponente batería llevada al limite por un endemoniado Jean-Francois ¨JF¨ Richard. Cuando todavía no nos hemos recuperado de ese primer trancazo, entra de lleno con un brutal alarido cortesía de Kevin McCaughey en la portentosa You people are messed up, así como unos incontenibles Antoine Lussier y Sebastien Chaput en el apartado de las seis cuerdas, tocando notas en donde pareciera que ya no es posible, con una precisión quirúrgica demencial.
Pues aquí tienen, especialmente para los que disfrutan del buen metal, ruidoso y contundente, ojalá les agrade tanto como a mi, esto de Ion Dissonance, todo un cocktail molotov para los oídos, un intenso viaje sonoro que no los defraudará en lo más mínimo. A menear el esqueleto!!!
Fear imprinted in their eyes so deeply, deep
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