lunes, 5 de julio de 2010

LA BARRANCA


EL SÍNDROME

Voy a pedirle al mar
que devuelva tus sueños muertos
y los castillos que hiciste en la arena

Voy a pedirle al sol
que caliente los pensamientos
para que floten de nuevo en el aire

Y verás la luz
cuando el síndrome se vaya
no habrá más que luz

Voy a reconstruir
la mirada que vas perdiendo
para exponerla de nuevo en la calle

Voy a coleccionar
los suspiros que vas dejando
para guardarlos un rato en la sombra

Y verás la luz
cuando el síndrome se vaya
no habrá nada más que luz

Y pisarás otra vez la tierra
Y pisarás otra vez la tierra
Y pisarás otra vez la tierra




-¿Y si realmente pudiera hacer algo así?- Algo como guardar tu cálida sonrisa, aislar de toda desdicha al brillo en tu mirada, que permanezca ahí, tan vivo, tan tuyo, con esa alegría; que solo el tocarte desvaneciera todo mal que te aqueja, que siguieras siendo como hasta antes del síndrome, antes de aquel fatal amor, y permanecer como en aquel básico inicio, en donde te maravillabas por el simple hecho de un fresco y soleado amanecer, o de esa capacidad tuya para reírte de ti misma, gracias a las inusuales situaciones a las que te llevaba tu impulsiva y hasta un tanto inocente forma de ser.
Cuando pisar la tierra el motivo de gozo y no solo parte de un trayecto; cuando la distancia te servía como un caudal de oportunidades para encontrar alguna certeza y no la veías como la raíz de todas tus dudas; está de más decir que todo estará bien, sé que lo estarás, sin embargo también sé que algo ha quedado atrás, has perdido algo o simplemente ha cambiado, tal vez ni tú misma sabes qué.
Mientras tanto yo no tengo más por hacer que callar y escuchar, devolviéndote un poco del cariño; que por ahí estaré, cerca, pidiendo al sol por un franco suspiro tuyo y que tus sueños sean fuente de toda luz y floten de nuevo en el aire.

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